jueves, 30 de mayo de 2013

DUELO

Se llama duelo psicológico a aquel proceso interno que tiene lugar en la vida de una persona luego de sufrir una pérdida  sea irreparable  o no. Es decir, el duelo, entendido también como aflicción o dolor es una  manifestación natural y en ese sentido requiere de un tiempo de readaptación al cambio producido y no necesita de medicación alguna, salvo especificidades indicadas por el médico de cabecera.
Hay en la actualidad una demanda de recuperación casi inmediata, que surge de los intereses y requerimientos de esta sociedad posmoderna que vivimos. No apoyamos esta inmediatez, ya que no responde a los tiempos naturales y psicológicos de las personas. Consideramos que es necesario dar espacio y tiempo al dolor. Permitir que el mismo se exprese, se evidencie, que tenga vías de canalización y potenciar situaciones de superación.
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres.
El Duelo como proceso, atravesará distintos momentos o etapas, que son también personales. De a poco cada quién irá deslizándose en los distintos estados, mutando en su manera de manifestar el dolor y recorriendo el camino del cambio.

ETAPAS PRINCIPALES DEL DUELO
1. Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.
2. Fase de enfado e indiferencia. Euforia o enfado por no poder evitar la pérdida.
3. Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida.
4. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza y dolor por la pérdida.
5. Fase de Aceptación. Se asume la pérdida, pero jamás se olvida.
Suele durar entre 2 y 14 semanas, aunque puede persistir hasta los 6 meses cuando se trata de la pérdida de un ser querido muy allegado (Madre, hijo, cónyuge...).  Hay autores que consideran que el plazo ideal es de un año. El atravesar el año con esta carencia expone a la persona a atravesar todas las fechas más significativas, cumpleaños, fiestas de navidad, aniversarios, en la nueva situación, dándole un cierre a determinadas variables emocionales.

En el caso de que los síntomas no cesaran después de los períodos de tiempo anteriormente citados y provocaran problemas al afectado/a para desenvolverse en su vida rutinaria, es de vital importancia acudir cuanto antes a buscar la ayuda de un profesional de la psiquiatría y/o psicología, ya que la persona afectada puede estar sufriendo un episodio de  depresión. No siempre se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.

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