viernes, 31 de mayo de 2013

CÓMO PASAR DE LA PÉRDIDA A LA OPORTUNIDAD

Extraña fuerza que tiene la permanencia, viene y se instala. Uno comienza a acomodarse, adaptarse hasta a las cosas dolorosas y malas. Las padece, pero persiste. Cambiar no es fácil, y cuando es la vida la que se encarga de cambiarlas, molesta. Ese vernos obligados a atravesar esa pérdida, ese duelo, eso que el destino eligió que debemos pasar.  El cambio trae consigo una resistencia inevitable. Pero también con esos grandes momento sísmicos, transformaciones, que tras la crisis se presentan como oportunidades.
El tema es poder ver más allá de lo apreciable. Poner los ojos y la mente en lo potencial, en lo que se cuenta como recurso, en la activación de las redes  para el armado de objetivos diferentes pero quizás más audaces. Apostar por uno mismo. Darse esa oportunidad. Pedir ayuda. Animarse a soñar, pero aún más, también animarse a desarrollar ese sueño.


Cómo pensás que debería pensar una persona o hacer para capitalizar una pérdida en oportunidad?

jueves, 30 de mayo de 2013

EL DUELO DESDE LA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA


Partiendo de la definición del duelo de Bowlby, podemos definir el duelo familiar como el “proceso familiar que se pone en marcha a raíz de la pérdida de uno de sus miembros”. Como ya venimos diciendo, la mayoría de pérdidas significativas se producen en el contexto de una unidad familiar, y es importante considerar el impacto de una muerte en todo el sistema familiar. La mayoría de las familias tienen un equilibrio homeostático y la pérdida de una persona significativa en ese grupo familiar puede desequilibrar dicha homeostasis y hacer que la familia sienta dolor y busque ayuda. Para poder ayudar a una familia, antes, durante y después de la muerte, es importante, tener un conocimiento sobre la configuración total de la familia, así como la posición funcional que ocupaba la persona fallecida. El concepto de terapia familiar se basa en la creencia de que la familia es una unidad  de interacción en la que todos los miembros se influyen entre sí. No es suficiente tratar a cada persona en relación con el fallecido y trabajar su duelo sin relacionarlo con toda la red familiar. Las características de los miembros individuales ayudan a determinar el carácter del sistema familiar, pero este sistema es más que la suma de sus características individuales. Las familias varían en su capacidad para expresar y tolerar sentimientos. Hay que evaluar por ejemplo, la tolerancia que tiene la familia para expresar los sentimientos. Las familias que lo afrontan el duelo de una manera más eficaz son las que hacen comentarios abiertos sobre el fallecido, mientras que a las familias cerradas no sólo les falta esa libertad, sino que además ofrecen excusas y hacen comentarios que logran que los otros miembros se queden callados. Las familias funcionales procesan sentimientos sobre la muerte incluyendo, admitiendo y aceptando sentimientos de vulnerabilidad.
Un duelo no resuelto puede servir no sólo como factor clave en la patología familiar sino que puede contribuir a relaciones patológicas a lo largo de distintas generaciones. Para evaluar el impacto del conflicto intergeneracional, Bowen anima a conseguir, como parte del proceso de admisión, la historia de la familia extensa, que debería cubrir al menos dos generaciones. Cuando se evalúan los sistemas familiares y el duelo, se han de considerar al  menos tres áreas principales:

a)     La posición funcional o el papel que desempeñaba el fallecido en la familia. Si el fallecido tenía una posición funcional importante, su muerte va a crear un gran malestar al equilibrio funcional. Mediante la muerte se puede privar a la familia de un rol importante y se busca a otro miembro para que ocupe la vacante del rol. Los niños juegan también roles importantes en la familia, y su muerte altera el equilibrio familiar. La muerte de uno de los padres, cuando la familia es joven, puede tener efectos de amplio espectro. Otra muerte importante con ramificaciones amplias es la muerte de un jefe de clan patriarcal que ha tenido la función de tomar decisiones en los asuntos familiares durante mucho tiempo.
b)     La integración emocional de la familia .En una familia bien integrada se podrá ayudar más unos a otros a afrontar la muerte, incluso la de un miembro significativo de la familia, con poca ayuda externa. Una familia menos integrada puede mostrar reacciones de duelo mínimas en el momento de la muerte, pero los miembros pueden responder más adelante con diversos síntomas físicos o emocionales o con cualquier tipo de conducta social problemática.
c)      También debemos evaluar cómo la facilitan o la dificultan las familias esa conducta social problemática. Hay que entender el valor que las familias dan a las emociones y el tipo de patrones de comunicación que hacen que se dé permiso a sus miembros para expresar sentimientos o no. Sabemos, por tanto, que desde un punto de vista sistémico, la pérdida, o amenaza de pérdida de un miembro es la mayor crisis que tiene que afrontar un sistema (Bowen, 1976). Ante esta crisis, el sistema tiene suficientes recursos, reaccionará con un cambio adaptativo, en cambio si el sistema carece de estos recursos, la familia puede desaparecer.


EL DUELO Y LA EXCLUSIÓN DE LA MUERTE HOY- Por Lucía Espinosa - Psicoanalista

El duelo no elaborado es una de las principales fuentes de enfermedad somática grave y de trastornos psicopatológicos.
En el duelo se trata de la pérdida real de un objeto que produce un agujero que el significante no alcanza a suturar.
Se hace necesario entonces un trabajo que es de elaboración simbólica, de reconstitución, ya que la pérdida se produce en lo real y el duelo es la tarea simbólica de desasimiento libidinal de ese objeto perdido para  así poder recubrir el agujero que ha dejado con nuevos trazos significantes, nombrándolo.
La función del duelo, es la de subjetivar la pérdida inscribiendo un trazo nuevo, que recubra ese agujero en lo real producido por la pérdida.
De allí la importancia de los ritos funerarios que intentan nombrar algo, trabajo necesario para que lo que murió en lo real, muera en lo simbólico.
Por otro lado, el dolor del duelo afecta al cuerpo imaginario. Es en la escena social con el semejante que el dolor por la falta encuentra su localización y acotamiento.
Los ritos funerarios son consustanciales al trabajo de duelo siendo una de las condiciones de su posibilidad, regulan la angustia, aportando una inscripción simbólica de la pérdida.
Allí donde se impiden no puede operar el trabajo del duelo, este se interrumpe.
La omisión de ese acto de inscripción promueve el detenimiento del trabajo en ese primer tiempo del duelo en que el sujeto reniega de la pérdida.
En la clínica un duelo atascado o detenido, se manifiesta con la presencia de fenómenos en vez de síntomas. Fenómenos que son del orden de un hacer, mostrar, escenificar, que se repiten en un intento fallido de inscribir lo traumático de la pérdida.
Fenómenos que quedan por fuera de la trama simbólica. Entre éstos se incluyen muy frecuentemente enfermedades psicosomáticas, adicciones, anorexia-bulimia, acting out, pasajes al acto.
Algo de lo imposible de ser articulado vía significante se muestra en esos fenómenos. El detenimiento del duelo desemboca en la eternización del dolor. 
luciaespinosa94@yahoo.com.ar

PARA LA TEORÍA PSICOANALÍTICA- Dr. Carlo Mario Aslan

METAPSICOLOGIA DEL DUELO
El drama comienza con la renegación  (Verleugnung) del hecho. ¡No!, ¡no puede ser!, ¡no lo creo!, etc. Este estadío puede ser más o menos largo, con períodos fugaces de aceptación y de renegación más intensos, coexistiendo a veces en alternancias rápidas. Finalmente el criterio de realidad se impone y el sujeto acepta la pérdida. ¿Qué sucede entonces en el psiquismo?

Dice Freud (1917) "...El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más y de él emana ahora la exhortación de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto. A ello se opone una comprensible renuencia; universalmente se observa que el hombre no abandona de buen grado una posición libidinal, ni aun cuando su sustituto ya asoma. [...] Lo normal es que prevalezca el acatamiento a la realidad. Pero la orden que ésta imparte no puede cumplirse enseguida [...]...y entre tanto la existencia del objeto perdido continúa en lo psíquico" [las itálicas son mías]. Por mi parte hago notar que "una comprensible renuencia; universalmente se observa que el hombre no abandona de buen grado una posición libidinal, ni aun cuando un sustituto asoma" son descripciones fenoménicas, no explicaciones psicoanalíticas de procesos inconscientes.

DUELO

Se llama duelo psicológico a aquel proceso interno que tiene lugar en la vida de una persona luego de sufrir una pérdida  sea irreparable  o no. Es decir, el duelo, entendido también como aflicción o dolor es una  manifestación natural y en ese sentido requiere de un tiempo de readaptación al cambio producido y no necesita de medicación alguna, salvo especificidades indicadas por el médico de cabecera.
Hay en la actualidad una demanda de recuperación casi inmediata, que surge de los intereses y requerimientos de esta sociedad posmoderna que vivimos. No apoyamos esta inmediatez, ya que no responde a los tiempos naturales y psicológicos de las personas. Consideramos que es necesario dar espacio y tiempo al dolor. Permitir que el mismo se exprese, se evidencie, que tenga vías de canalización y potenciar situaciones de superación.
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres.
El Duelo como proceso, atravesará distintos momentos o etapas, que son también personales. De a poco cada quién irá deslizándose en los distintos estados, mutando en su manera de manifestar el dolor y recorriendo el camino del cambio.

ETAPAS PRINCIPALES DEL DUELO
1. Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.
2. Fase de enfado e indiferencia. Euforia o enfado por no poder evitar la pérdida.
3. Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida.
4. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza y dolor por la pérdida.
5. Fase de Aceptación. Se asume la pérdida, pero jamás se olvida.
Suele durar entre 2 y 14 semanas, aunque puede persistir hasta los 6 meses cuando se trata de la pérdida de un ser querido muy allegado (Madre, hijo, cónyuge...).  Hay autores que consideran que el plazo ideal es de un año. El atravesar el año con esta carencia expone a la persona a atravesar todas las fechas más significativas, cumpleaños, fiestas de navidad, aniversarios, en la nueva situación, dándole un cierre a determinadas variables emocionales.

En el caso de que los síntomas no cesaran después de los períodos de tiempo anteriormente citados y provocaran problemas al afectado/a para desenvolverse en su vida rutinaria, es de vital importancia acudir cuanto antes a buscar la ayuda de un profesional de la psiquiatría y/o psicología, ya que la persona afectada puede estar sufriendo un episodio de  depresión. No siempre se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.

PERDIDA

El vocablo latino perdĭta se transformó, en nuestra lengua, en pérdida. El concepto se emplea para nombrar a la falta o ausencia de algo que se tenía. Cuando una persona dispone de una cosa y luego ya no, podrá decirse que sufrió una pérdida. Queda claro entonces que para perder algo, primero hay que tenerlo, ya sea de manera física o simbólica. En otras palabras: no se puede perder aquello que nunca se tuvo.
La pérdida de empleo, un divorcio, la muerte de un familiar o  enfermedades, son algunas de las causas  que pueden derivar en un DUELO.

Se refiere al dolor o aflicción que se siente como consecuencia de algún hecho o pérdida irreparable.

sábado, 11 de mayo de 2013

Este Blog trata de invitar a participar en la construcción de este tema de Interés: El Duelo.
Las pérdidas forman parte de la vida. cada avance, cada paso, será siempre en desmedro de otras alternativas que no serán. Por ello la pérdida es una constante, aunque casi nunca nos percatemos en ello.
Son pocas las pérdidas que sí nos son significativas y de ella vamos a hablar en este espacio.